¿Quieres conocer la increíble historia del mítico navío que se hundió minutos después de su botadura?
El Vasa fue un enorme buque de guerra construido en el siglo XVII por el rey Gustavo Adolfo II de Suecia
para mantener el poderío y predominio sueco sobre el mar Báltico.
Todo en él era exagerado, y se decoró profusamente para
«provocar temor en los enemigos y admiración en los amigos».
El barco Vasa, que recibe el nombre por la dinastía reinante en ese momento en el país, fue construido en Estocolmo entre 1625 y 1628 bajo la supervisión del constructor naval de origen holandés Henrik Hybertsson y por orden de Gustavo Adolfo II Vasa con el objetivo de ser el mayor y mejor buque de guerra jamás construido por la armada sueca.
Como parte de la flota sueca, estaba destinado a participar en las batallas políticas que se lidiaban entre Suecia y Rusia, Dinamarca y sobre todo con Polonia, que se hallaba regida por Segismundo III Vasa (primo de Gustavo Adolfo II) y con el que mantenían una ardua guerra por los territorios escandinavos.

El Vasa medía 52 metros desde la punta del palo mayor a la quilla y tenía 69 metros de proa a popa. Contaba con tres palos (mesana, mayor y trinquete) que podían sostener hasta diez velas y pesaba un total de 1.200 toneladas.
La pena es que con semejante despropósito en el diseño, el Vasa duró menos que el Titanic, y se fue a pique minutos después de su primera salida al mar.
Tras más de 300 años olvidado en las profundidades fue encontrado en 1956 y, mediante una gran operación de rescate, el Vasa volvió a surcar las aguas del Báltico. Hoy podemos contemplarlo en un asombroso estado de conservación en el museo de Estocolmo que lleva su nombre.