ABRAHAM FUDRINI (2023).

«EL PENSAMIENTO POLÍTICO DE SANTO TOMÁS DE AQUINO»

Nació en 1225 y murió en 1274, fue filósofo, teólogo, predicador, santo y doctor de la iglesia.
En ese momento el cristianismo ya se había asentado en Europa.
Santo Tomás de Aquino buscó adaptar el pensamiento aristotélico al cristianismo, eran momentos en que el pensamiento platónico de San Agustín (354-430 después de Cristo) estaba siendo puesto en duda en la Europa cristiana
Con él se origina el Tomismo que es la escuela filosófica y teológica que surgió como un legado del conocimiento y el pensamiento de Santo Tomás de Aquino.
Él vivió un siglo antes del comienzo del Renacimiento, que se inició el S. XIV y se extendió hasta el siglo XVI. Se trató de un fenómeno cultural y filosófico que retomó los principios de la antigüedad clásica griega y romana y los actualizó sobre la base del humanismo.
Santo Tomás de Aquino fue miembro fundamental en el desarrollo del movimiento filosófico y teológico denominado Escolástica, que intentó utilizar la razón, en particular la filosofía de Aristóteles, para comprender y sostener el contenido sobrenatural de la revelación cristiana. La escolástica fue el principal movimiento en las escuelas y universidades medievales de Europa, se inició desde mediados del siglo XI y duró hasta el siglo XVI.
La principal preocupación de la filosofía escolástica era la relación entre razón y fe. El pensamiento aristotélico sirvió a Santo Tomás de Aquino para fundamentar el Poder Divino. El sostuvo que el Poder Divino es superior al Poder Temporal. De Aristóteles tomó la idea del Primer Motor (que el filósofo griego creó para determinar la causa de todas las causas, pero no para fundamentar el origen divino) al que Santo Tomás de Aquino si consideró para fundamentar la existencia de Dios como el “primer motor”.
Su gran objetivo fue conducir al hombre hacia la virtud, para esto se hacía necesario la disciplina y la puesta de restricciones a la libertad para quienes no opten por el bien y la virtud.
Para Santo Tomás de Aquino, el hombre es social y como tal impulsa y hace surgir a la política.

En su filosofía propone el cumplimiento de la virtud y de la obediencia a Dios antes que la gloria frente a los demás, esto significa que el gobernante debe actuar por el bien de sus súbditos con convicción plena y con el fin de servir a Dios antes de obtener beneficios terrenales para sí mismo.
Él optó por un Gobierno Monárquico y un Rey que preferentemente sería elegido por todos los hombres libres, igualmente que a sus consejeros. No olvidemos que era la Edad Media.
Consideró que el Poder Político debía servir al Bien Común y por esta razón la ley injusta se aparta del bien común.
El siglo XIII fue una época en la que los conflictos acerca de quién debería detentar el poder universal en Europa (si la Iglesia o el Imperio), estaba llegando a su fin, para darle paso a las incipientes monarquías nacionales que tres siglos después tendrán un poder y una autonomía mucho mayores.
El ser humano, como todo ser natural, funciona buscando el fin que le es propio: la felicidad. En esto coincidieron otros grandes filósofos de siglos antes y después.
Su teoría política es muy avanzada pues plantea el “derecho de resistencia” y el “derecho de rebelión” frente al gobernante.
Siempre creyó en el origen divino del poder, como lo sintetizó San Pablo, contemporáneo de Jesús, nacido el año 10 en Cilicia (Turquía) y murió entre el 64 y el 67 del siglo I .

Es de suma importancia tener presente que Santo Tomás de Aquino enseñó que Dios entrega el poder al pueblo y este lo transfiere al Rey que elija.
Su pensamiento es trascendental pues sugiere la idea acerca de posibles acuerdos entre gobernantes y gobernados, que él propone. Esta idea sin duda es el antecedente del contractualismo que se desarrolló cuatro siglos después con Thomas Hobbes, John Locke y Juan Jacobo Rousseau.